No nos olvidemos nunca que para vivir una sexualidad personal y compartida socialmente, es necesario comprender y asumir los fenómenos biológicos, los aspectos éticos y morales, sicológicas, las consecuencias sociales, su dimensión espiritual, valorica y afectiva. Cuando algunos de estos aspectos falla, la sexualidad suele convertirse en un arma contra uno mismo o contra los otros y se vive en la infelicidad.
La sexualidad debe ser comprendida como un proceso de cambio personal al servicio de la pareja a quién se ama o al servicio de la comunidad quién ve en uno(a) un modelo cercano a quién imitar.
La sexualidad debe ser una herramienta para entregar el amor a una pareja o entregar amor a la comunidad.
martes, 2 de junio de 2009
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